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Actualmente se reconocen los beneficios del CBD para mejorar el tratamiento de muchos trastornos. Pero, ¿qué ocurre con una enfermedad como la diabetes? ¿Hasta qué punto podría ser eficaz tomar CBD para esta dolencia, y cuáles son los beneficios del CBD para la diabetes?
La diabetes está clasificada como enfermedad autoinmune. En realidad, se trata de una disfunción del organismo que afecta a los niveles de azúcar en sangre, provocando un aumento anormal de la cantidad de azúcar (glucosa) en sangre. Dicho esto, la causa de esta disfunción difiere según el tipo de diabetes que se padezca.
La diabetes de tipo 1 es el resultado de la incapacidad de nuestro organismo para liberar insulina suficiente para controlar nuestros niveles de azúcar en sangre. Como consecuencia, la glucosa ya no puede absorberse y acaba en nuestra sangre. Esta diabetes no está relacionada con el estilo de vida.
La diabetes de tipo 2 es el resultado de un estilo de vida inadecuado y no corregido. La excesiva cantidad de azúcar que ingiere nuestro organismo altera las células del páncreas, que se saturan. Como consecuencia, ya no son capaces de reaccionar correctamente y ralentizar o detener la liberación de insulina. Como consecuencia, los niveles de azúcar en sangre aumentan, lo que conduce a la diabetes.
La diabetes, ya sea de tipo 1 o de tipo 2, puede causar problemas de salud muy graves, incluida la amputación y a veces la muerte. Estas complicaciones incluyen ceguera, insuficiencia renal, problemas cardiacos y un mayor riesgo de ictus. Hasta la fecha, la diabetes no puede curarse de forma permanente. Sólo un control periódico, el tratamiento con insulina, el ejercicio regular y un estilo de vida saludable pueden reducir las molestias causadas por la enfermedad, pero no se puede curar.
El cannabidiol (CBD) puede reducir los problemas asociados a esta afección, gracias a su acción beneficiosa y natural y a su ausencia de efectos secundarios. Al limitar el estrés y sus consecuencias (tentempiés azucarados, falta de sueño, etc.), contribuye a nuestro bienestar y facilita la adopción de un estilo de vida más saludable. De este modo, ayuda a prevenir la enfermedad.
Al interactuar con el sistema endocannabinoide, el CBD desempeña un papel positivo en nuestro estado de ánimo. Al sentirnos mejor con nosotros mismos, tenemos menos necesidad de compensar nuestras penas lanzándonos sobre alimentos reconfortantes demasiado dulces. El picoteo es a menudo el punto de partida de trastornos alimenticios que conducen a la diabetes y la obesidad.
El CBD es un fantástico antioxidante que actúa sobre la grasa de varias maneras. En primer lugar, al controlar nuestro apetito y, por tanto, nuestra ingesta de azúcar y grasas, reduce la cantidad de grasa en nuestro cuerpo. En segundo lugar, tiene la capacidad de ayudarnos a quemar y transformar la grasa que ya tenemos y a deshacernos de las toxinas.
La producción de insulina debe ser suficiente para que los niveles de azúcar en sangre se mantengan en el nivel correcto. Un estudio realizado en casi 5.000 diabéticos demostró que el consumo de CBD reducía significativamente la resistencia a la insulina. Esto tiende a demostrar que el CBD tiene un efecto positivo sobre la producción de insulina del páncreas.
Cuando la cantidad de insulina es insuficiente y aumentan los niveles de azúcar en sangre, el hígado toma el relevo. Su función es convertir el exceso de azúcar en grasa. Pero cuando esta actividad se vuelve demasiado intensa, el hígado se cansa y ya no puede soportar la excesiva carga de trabajo, y acaba enfermando. Es lo que se conoce como esteatosis hepática. Al regular el sistema endocannabinoide, el CBD ayuda a mantener el hígado en equilibrio, protegiéndolo y frenando así el avance de la enfermedad.
Por lo tanto, tomar CBD tendría un efecto positivo en nuestro organismo. Pero, ¿cómo funciona?
Los beneficios del CBD se basan en la acción positiva de los cannabinoides sobre el sistema endocannabinoide o ECS. El ECS es un sistema común a todos los vertebrados. Su función es mantener el equilibrio de nuestro metabolismo. En caso de alteración, la ingesta de CBD puede restablecer este equilibrio alterado al interactuar con los receptores del SCE, CB1 y CB2.
Como ocurre con otras dolencias, el CBD puede tomarse de varias formas.
El CBD se ingiere fácilmente en forma de cápsulas predosificadas, resina de CBD o flor de CBD. También se suele envasar en forma deaceite.
La ingestión sublingual también es muy fácil y los efectos se sienten más rápidamente. Los cannabinoides atraviesan directamente las mucosas y llegan al torrente sanguíneo.
Para ello, vierte la resina o las flores de CBD en un inhalador o vaporizador y deja que los vapores se esparzan por la habitación.
Desgraciadamente, no. El CBD no puede curar la diabetes. Su función es prevenir la enfermedad y aliviar sus efectos, pero no es un medicamento.
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