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Turquía podría dar un paso decisivo hacia la legalización del cannabis medicinal. Acaba de presentarse al Parlamento un proyecto de ley. Prevé autorizar el uso del cannabis con fines terapéuticos, pero dentro de un marco muy estricto. Si se aprueba el proyecto de ley, sólo se podrán utilizar productos de producción nacional. Sólo podrán adquirirse en farmacias, con receta médica. Repasamos las últimas noticias
El cultivo de cáñamo en Turquía ha estado marginado durante mucho tiempo. Demasiado asociado al cannabis recreativo, casi había desaparecido. Pero en 2019, el presidente Erdoğan ha decidido reactivar la industria. Animó públicamente a los agricultores a volver a cultivar la planta, en particular para usos industriales.
Desde entonces, la producción se ha disparado. En 2020, el país produjo 280 toneladas de cáñamo. Cuatro años después, la cifra ha aumentado a más de 1.700 toneladas. Y aún hay más: el cultivo está autorizado en 19 provincias, a las que seguirán otras.
Esta reactivación tiene una justificación económica. El cáñamo se utiliza en muchos campos, como la construcción, el textil, el automóvil, el papel y los biocombustibles. Es una alternativa ecológica a ciertas materias primas. Además, contribuye a revitalizar ciertas zonas rurales. Ahora el Gobierno quiere pasar a la siguiente fase. Quiere valorizar esta producción orientándola hacia el sector médico.
El texto presentado al Parlamento es claro: el cannabis para uso médico podría autorizarse, pero sujeto a condiciones muy específicas. En primer lugar, la producción debe seguir estando estrictamente regulada por el Estado. No se trata de liberalizar completamente el mercado. Sólo las estructuras autorizadas podrán cultivar, transformar y suministrar la planta.
En segundo lugar, la venta se limitará a las farmacias autorizadas, previa presentación de una receta. Ni venta libre, ni tiendas especializadas como las que existen en otros lugares. El Gobierno quiere evitar los excesos y mantener un enfoque puramente terapéutico.
Por último, habrá que definir los productos autorizados. No se trata de fumar cannabis, sino de utilizar aceites o cápsulas, fabricados según normas estrictas.
Hay varias razones para este cambio de dirección. En primer lugar, Turquía no quiere quedarse atrás. Muchos países ya han legalizado el uso médico del cannabis, entre ellos Alemania, Canadá, Israel y Tailandia, y la lista sigue creciendo.
En segundo lugar, la presión del mundo médico y científico es cada vez mayor. Numerosos estudios demuestran que el cannabis puede :
Por último, está el aspecto económico. El mercado mundial del cannabis medicinal se estima en más de 60.000 millones de dólares para 2030. Si Turquía desarrolla su propia industria, no sólo podría reducir sus importaciones de medicamentos, sino también exportar sus propios productos.
Si se aprueba, este proyecto de ley podría transformar la industria turca del cáñamo. Hasta ahora, los agricultores han cultivado la planta para obtener fibra, que se utiliza en la industria. Pero la demanda sigue siendo limitada. El cannabis medicinal, en cambio, representa una salida de alto valor añadido.
Por supuesto, habrá que adaptar los cultivos, seleccionar las variedades adecuadas y diseñar productos que cumplan las normas farmacéuticas... Pero las bases están ahí. El país ya ha desarrollado una verdadera capacidad de producción. Ahora sólo falta un sector médico estructurado.
El profesor Selim Aytaç, uno de los principales especialistas turcos en la materia, resume bien la situación: "Si queremos que Turquía se beneficie de esta planta, tenemos que llevar la lógica hasta sus últimas consecuencias. Tenemos que pasar del cultivo en bruto a productos acabados de calidad. "
Turquía sigue siendo muy prudente. El objetivo es evitar lo que ha ocurrido en otros países, donde una legalización demasiado rápida ha abierto a veces la puerta a un mercado paralelo o a usos no médicos.
El mensaje del Gobierno es claro: no se trata de relajar la legislación sobre el cannabis recreativo. Este proyecto concierne únicamente al sector médico. Se exigirá receta y supervisión médica, y los productos sólo estarán disponibles en farmacias.
El objetivo es integrar esta planta en el sistema sanitario, no generalizar su uso. De ahí la importancia de formar a los profesionales sanitarios, establecer protocolos claros y garantizar la calidad de los productos ofrecidos a los pacientes.
De momento, aún no se ha votado nada. El proyecto de ley se está debatiendo, y el calendario parlamentario podría llevar algún tiempo. Pero la dirección está clara: Turquía quiere hacer del cannabis medicinal una industria seria, regulada y con visión de futuro.
Por el momento, no hay nada decidido. La ley se está debatiendo actualmente en el Parlamento, y esto podría llevar algún tiempo. Pero lo que es seguro es que Turquía quiere avanzar seriamente en materia de cannabis medicinal.
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